junio 30, 2012

¡Ah que incierta, es la incertidumbre!




El poder real es económico, entonces no tiene sentido hablar de Democracia
José Saramago


Democracia: es una superstición muy difundida, un abuso de la estadística
Jorge Luis Borges



En esta porción de tierra llamada México, situada geográficamente a 19° 26′ 0″ N, 99° 8′ 0″ W;  con una superficie de casi 2 millones de Km2, con más de 112 millones de homínidos habitantes, precariamente informados, se llevará a cabo el día de mañana -1° de julio de 2012- lo que los medios han insisto en llamar “La fiesta de la Democracia” es decir se realizará una vez más un proceso electoral para elegir Presidente de la República, en este México tan diverso y en ocasiones tan predecible.

Y no he querido dejar pasar la oportunidad sin externar algunas reflexiones sobre la tan sobada, difamada, multicitada, incomprensible, sobrevalorada y devaluada, “Jornada Electoral”

Primero unos cuantos datos –obtenidos de la página del IFE -Instituto Federal Electoral:

Se eligieran 2,127 cargos -1 Presidente de la República, 500 Diputados Federales, 128 Senadores, 6 Gobernadores y 1 Jefe de Gobierno, 579 Diputados Locales, 876 ayuntamientos, 16 jefes Delegacionales y 20 juntas municipales-

Para lo cual se destinaron 4, 930 horas en noticieros de radio y televisión.

Para la jornada electoral, se van a instalar 143, 149 casillas, que requieren poco más de un millón de ciudadanos capacitados para la integración de mesas directivas.

El presupuesto a los partidos políticos fue de:
3,360 millones de pesos (poco más de 258 millones de dólares)

Presupuesto para gastos de campaña:
1,680 millones de pesos (poco más de 129 millones de dólares)



El proceso electoral tendrá un costo de 18, 451 millones de pesos -1,419 millones de dólares- 

A pesar de la sobreexposición de los candidatos, los proyectos de nación estuvieron ausentes, no así las descalificaciones, rebatingas y  humor involuntario extremo de todos los participantes.

Hacer un recuento sería engorroso además de innecesario, si bien sobresalieron: la evidente ignorancia del candidato priista en la feria del libro al responder cantinflescamente a la pregunta; ¿Qué libros lo habían marcado de joven?

La candidata del PAN; al intentar ser graciosa–supongo yo- invitar a las electoras a negarles a sus parejas “El cuchi cuchi” si no salían a votar. Sí bien el “chistecito” me parece francamente insultante y misógino, pinta de un plumazo la doble moral de la candidata.

Por otra parte el candidato “De las izquierdas” optó por una campaña mucho mas mesurada y reconciliatoria, resbaló al ser publicado un video donde uno de sus colaboradores pedía “cooperación” de 6 millones de dólares a un grupo de empresario para la campaña. ¿Quién me falta? ¡Ah sí! el cuarto en discordia, en él prefiero ahorrarme mi sintaxis y… recordar la descripción que de él hizo el poeta Javier Sicilia:

“Para muchos usted, señor Quadri, significa la usurpación de las candidaturas ciudadanas, la arrogancia y una doble moral que pretende reivindicar el liberalismo y criticar los monopolios mientras usted sostiene su campaña apoyado en la mafia de una cacique, que representa lo peor de nuestra clase política, y en el poder de un sindicato corrupto que tiene secuestrada la educación de la patria, que usa a nuestros niños para el chantaje de más canonjías y posee una fortuna que, fruto de la corrupción nos ofende y nos indigna a todos"

En estos 90 días de campaña vimos y oímos de todo, siendo el común denominador la indignación, y como siempre; nos quedaron a deber, tanto los candidatos como los ciudadanos, salvo esa minoría informada, participativa, reflexiva, esa que si tiene el derecho de autonombrarse sociedad civil. -Bienaventurados #YO SOY 132

Por si fuera poca la indignación durante estos aciagos días, la actividad electorera me tenía reservada una siniestra sorpresa:

La tarde del jueves 28, los candidatos se reunieron a firmar un “Pacto de Civilidad”  -santas palabrejas Batman- donde a “petición” del Consejo Coordinador Empresarial, respaldado por el Instituto Federal Electoral y por si no fuera poca la vejación; celebrado por el Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) José Narro Robles.

Desde esta precaria trinchera, miento madres ante tal atrocidad, ya que estamos olvidando –no hay escusas para ello, ya que si el Alzheimer educativo borra lo aprendido en las aulas, siempre existe de tablita salvadora; la Internet-

Un pequeño, muy pequeño recordatorio de la razón fundamental de estos procesos, que parece olvidamos fácilmente, me refiero a la concepción de lo que llamamos: Estado

En la edad Media se había condensado la idea del Estado como; la existencia de un orden natural proporcionado por Dios a los hombres. Este orden era en principio irrefutable, representado por la Iglesia y los monarcas, podía organizar su propio marco legal de facultades, que en todo favorecían –obviamente- a los clérigos y a los nobles más poderosos. 
Se entendía que los reyes sólo podían rendir cuenta de su acción a Dios, este criterio fue una verdad incuestionable hasta el siglo XVIII.

Entonces haría su aparición un personaje por demás maquiavélico: Nicolás Maquiavelo, considerado el padre de la Teoría del Estado y la Ciencia Política. A lo largo su obra principal “El Príncipe” pone en evidencia la palabra Estado y la utiliza en su antiguo sentido latino “statum” que proviene del verbo “estare” que significa; situación o condición. 

Maquiavelo no define del todo el Estado, sin embargo, es el primero en usar el término para referirse a las organizaciones políticas del bajo Medievo.

La Ilustración arribaría en el siglo XVIII y con ella, el desarrollo del conocimiento científico a través de una visión laica, circunstancia que  necesariamente influyó, en el pensamiento filosófico y político de la época.

Ha partir de aquí los grandes pensadores intentán definir el concepto de Estado:

Para Thomas Hobbes, el hombre es malo por naturaleza y con él se inicia el pensamiento contractualista. Hobbes expone que los hombres, ante las injusticias que acontecían en la convivencia natural, decidieron reunirse para establecer un pacto social, una serie de principios que la mayoría aceptaría y en consecuencia permitió establecer las reglas del juego para la población, esos mismos hombres eligieron a un representante común que vigilaría y haría respetar dichos acuerdos.

Posteriormente, vendría Jhon Locke a separar la relación intrínseca entre el Estado y el Gobierno.

A diferencia a Hobbes, Locke afirma que el pacto debe ser bilateral y aplicarse tanto a ciudadanos como a legisladores y al rey, y que éste es tan ciudadano como los demás. El poder del rey debe tener bases legales, y por lo tanto no puede actuar en contra de las bases que han servido para establecerlo en el poder.

A partir de aquí la situación se empieza a poner bien interesante, a la par que va tomando forma y sustento:
Dejemos hablar a; Carlos Secondat Barón de Montesquieu:

El fin por el que la sociedad creó el Estado -según explica este intelectual- es la obtención y la garantía de la libertad de los ciudadanos, libertad que debe ser entendida en todos los aspectos, en el económico, político y religioso y el gobierno que es sólo uno de los elementos del Estado, se encuentra impedido para someter forzosamente a la población. Para ello precisa en primer lugar, una separación de poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial –Órale-

En la segunda mitad del siglo XVIII el contundente alemán; Inmanuel Kant, en sus obras intituladas –bellos títulos por cierto- “La crítica de la razón pura” y “La crítica de la razón práctica”, nos obsequia las siguientes aseveraciones:

La finalidad del Estado se sustenta a partir del reconocimiento y del respeto de los derechos individuales. El Estado no deberá por eso intentar usar a los hombres como medios para conseguir sus propias metas.


Años después su discípulo; Juan Amadeo Fichte, aportará interesantes disertaciones: explica que además de la principalísima tarea de asegurar el goce de los derechos individuales, reglamentando las relaciones públicas y privadas, el Estado posee la función de organizar y distribuir el trabajo dando a los individuos la efectiva posibilidad de realizar sus actividades dentro de esa distribución. 

Contemporáneo a Fichte, el también alemán Jorge Guillermo Hegel, daría extraordinarias aportaciones en este fecundo proceso de definir el concepto de Estado:

Hegel explica que el hombre se sabe ser social y como tal, se regula a sí para lograr la esencia de su naturaleza, que es la libertad.
Afirma que nada existe por sobre el Estado excepto lo absoluto, que es la libertad del hombre.

Ya en sociedad, el hombre con la libertad garantizada por el Estado, tiene la posibilidad de realizar sus propios fines, y lograr atender sus requerimientos, con ello cada individuo satisface sus propias carencias y se logra el beneficio de la propia generalidad social. 


Si bien la definición de Estado, sigue en proceso, me queda claro que por el bien de todos, ninguna organización puede estar por encima de él; porque el estado somos todos. 

Y bajo ese precepto es que me fastidia que a “petición” de un grupo empresarial el IFE y los candidatos se sometan a una “indicación” que es y debe ser atribución exclusiva del Estado mismo.

Ya que todos sabemos que este “simpático” gremio tiene claros intereses y preferencias, alejadísimas  de lo que precisamos como Bien Común. Por lo que el evento disfrazado de “Civilidad” tiene la siniestra intención, de llevar agua pá su molino.

Termino comentando que durante todo este tecleo, la vocecita que me habla desde mi hombro izquierdo, y que no deja de reprocharme, regañarme y cuestionarme: ¿Y desde cuando eres demócrata?
¿De verdad, crees que actúas libre de los poderes fácticos? ¿El ejercicio de mañana apunta al Bien Común?...

Y muchos más que he decidió ignorar. Si bien tengo enormes recelos del proceso de mañana, he decidido libremente -¿será?- asistir a la casilla correspondiente a ponerle crucecitas a las fisgonas boletitas.
¿Por quién voy a votar? –Considerando un universo paralelo, donde de verdad te interesara mi respuesta- me animo a contestarte:

Definitivamente jamás votaré por un candidato del PRI y menos por este producto chatarra poseedor de la más sofisticada ignorancia que haya conocido, ese que los poderes fácticos pretenden –con posibilidades reales de lograrlo- convertir en el próximo “inquilino de los Pinos”.
Por otro lado aunque pareciera increíble, en más de una ocasión he expresado, que si bien me da escalofrió que gane Peña Nieto, reconozco que más escalofriante seria que ganará Josefina Vázquez Mota.
De Quadri ni hablar, tengó muchas razones para estar de acuerdo con Alejandro Páez Varela, que lo definió como: El pequeño prostituto de la política.

¿Quién queda? Oh si “El candidato de las izquierdas”. Efectivamente votaré por él, si bien tengo varias diferencias con su plataforma, también varias coincidencias, estoy convencido que por lo menos es un hombre honesto, y dada la turbulencia actual, eso en verdad se agradece. Evidentemente que no será un cheque en blanco, atento estaré de los desempeños. Me comprometo a respetar las reglas de juego, siempre y cuando los otros las respeten también –Saludos Joan Manuel-.

Mañana iré a mi casillita, marcaré unas crucecitas, las depositaré en las urnitas, regresaré a mi casita y estaré al pendiente de los resultaditos en la nochecita...


En verdad deseoso que esta vez, el tamaño sea acorde con mi Esperanzota.








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