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septiembre 06, 2012

La rodilla de la discordia




La ignorancia produce confianza más frecuentemente que el conocimiento: son aquéllos que saben poco, no los que saben mucho, los que con tanta seguridad afirman que tal o cual problema no será resuelto nunca por la ciencia.
Charles Darwin 



Recién la semana pasada acomodé algunos horarios, reprogramé algunas obligaciones administrativas y deslicé una o dos mentirillas piadosas, para tener libre el lunes 5 de septiembre y lanzarme con lo mejor de mis enchufes neuronales a la jornada inaugural de la “Semana de la ciencia y la innovación 2012” con sede en el maravillosísimo Palacio de Minería, obra maestra del neoclasicismo, obra del insigne artista valenciano Manuel Tolsá, mismo que también nos obsequiara la escultura ecuestre del nada glorioso Carlos IV misma que se encuentra precisamente enfrente, y que todo chilango que se respete la conoce con el cariñoso mote de “el caballito”.

Así que a eso de las diez y cuarto de la mañana, me encontraba plácidamente postrado en el patio principal del edificio justo para oír los discursos oficiales que si bien fueron desangelados, tan de buen humor estábamos los presentes que les dimos su buena aplaudida.




Alrededor de las once y media presentaron al primer conferencista magistral: Albert Fert, premio nobel de Física 2007; este fue el primer plato fuerte de la semana y una de las razones principales de mi presencia, ya que pesar de mi incipiente conocimiento de los temas, me atraía enormemente estar frente a un premio nobel y que mejor que este fuera de Física. Debo reconocer que la exposición intitulada: “Electrónica de espín; electrones, espines, computadoras, teléfonos y tecnologías de futuro”. Me causo una sensación de desamparo intelectual, aun así no me rajé y le puse rete harta concentración y al final logre concluir la experiencia con la dignidad más o menos preservada.

Fue así como al salir del Palacio de Minería decidí andar sin rumbo fijo por estas calles que nunca dejan de sorprenderme, si bien esta vez el tremendo calor y la azarosa pero kilométrica ruta terminaron por agobiarme. Y como siempre ocurre en estos casos mi rodilla empezó a quejarse amargamente, a pesar de que tengo algún tiempo ayudándola -muy al estilo House- con un bastón a manera de placebo, en lo que confirman la fecha de la cirugía, misma que –espero- ponga fin a sus dolidos pasos. 

Por lo mismo dispuse regresar al Zócalo capitalino y de ahí tomar el transporte público correspondiente. 
Aun caminaba embebido y desconcertado por la experiencia conferencistica vivida, por lo que tardé en percatarme, que todas las calles aledañas a Palacio Nacional estaban más que resguardadas por cientos de policías federales, todos ellos vestían el característico uniforme oscuro y grandes chalecos blindados, de pronto recordé que Felipe Calderón –el tipo ese que se hace llamar presidente de México- precisamente ese día presentaba su patético evento, ese que pomposamente insisten en llamar: “Sexto informe de gobierno”.

Si bien los policarpios ya estaban tomando su “lonche” y se miraban bastante relajados -el eventito ya había concluido- sin embargo las calles seguían cerradas, ocasionando la furia desbordada de los automovilistas y el desconcierto de los peatones, que intentábamos por todos los medios entender la lógica de la nueva redistribución de rutas de transporte, con la poco sana intención de caminar lo menos posible.

Fue ahí cuando me tope con ellos, al principio pude esquivar el primer volante que me extendían –tengo por costumbre no recibir publicidad que entregan en la calle, ya bastante basura tenemos sin ella- pero mientras más caminaba mas se hacían patentes las hordas de camisetas azules entregando a diestra pero sobre todo a siniestra toneladas de “papelitos”




Mi rodilla me propuso detenerme un momento, justo en la plaza de Francisco Primo Verdad –frente al Museo de la Ciudad de México- fue ahí donde uno de los miembros que después supe pertenecía a ese relativamente nuevo engendro llamado “Judíos Mesiánicos” me detuvo y me soltó a quemarropa –sin ruborizarse- que dios podía curar mi pierna, sonreí y le dije que gracias pero que confiaba más en la medicina y traté de continuar mi recorrido, pero iluso de mi, el pastorcito ya había hecho contacto y no iba a dejar ir a su oveja descarriada amen de herida, lo que imagino lo consideraba una ventaja más a su favor.

Me sonrió una vez más y me repitió: en verdad dios puede aliviarte, en ese momento decidí aceptar el reto y le cuestioné ¿a cuál de todos los dioses te refieres? 

- Al único al verdadero
- Mira no quiero hacer perder tu tiempo, soy ateo y no creo en ninguna religión 
- Yo tampoco, yo también odio las religiones, ¿me podrías permitir hacerte una oración, para que dios cure tu pierna? 
- Y dale con la pierna, la pierna está bien solo está en espera de cirugía pá darle su afinadita
- Pero dios te la va a curar; es omnipotente
- Mira si tu dios es todopoderoso… (y que le sorrajo la paradoja de la omnipotencia o paradoja de la piedra) si bien no fue fácil lograr que la entendiera, inmediatamente volvió a arremeter pasado el desconcierto inicial
- Solo deseo que conozcas la bondad de dios
- No quiero desencantarte pero la neta es que dios no existe, tú crees que dios me va a curar, pero partes de una primicia equivocada,  yo no puedo permitirte que hagas la oración, porque me sentiría ridículo, porque dios no-e-x-i-s-t-e. Ese dios del que hablas que supongo, por la estrella de David que llevas al cuello, se trata del dios Judeocristiano, pues ese y todos los otros no existen, siento decirte que te han engañado. 
- Jesús es el hijo de dios y sí existe él te puede curar (me volvió a insistir)
- Bueno te lo voy a poner en estos términos, ¿tú me permitirías hacerte una limpia para sanar tu cuerpo en honor a Huichilopoztli? 
- Si (sonrió) ¡viene! 
- (Me sobrepuse rápidamente a su malévolo contraataque) de acuerdo, solo que al final tienes que elevar los ojos al cielo y decir: “te pertenezco Huichilopoztli” 
- ¡Ah no! eso no, además yo no te estoy pidiendo que digas nada, yo soy el que va a orar.

En esas estábamos cuando se acerco una señora y a la voz de: ¿ya lo estas convenciendo? empezó a hablar y hablar que el catolicismo es la única y verdadera religión, que ellos no tenían ninguna autoridad para debilitar la fe, que los mexicanos siempre seremos católicos y guadalupanos…


En ese momento decidí retirarme, coloque mi mano sobre el hombro del camiseta azul a manera de despedida, pero el muy mentecato aprovechó este pequeño contacto -descuido imperdonable de mi parte- para mandarme un pase mágico en dirección a mi rodilla izquierda, a la vez que sonreía socarrona y triunfalmente.

Un par de calles más adelante, decidí revisar la propaganda que andaban distribuyendo los camisetas azules y me encontré con que andaban promocionando un evento “entrada libre” nada menos que en el escenario más distintivo de la ciudad; El Auditorio Nacional. En el panfletito se leía “Ven a recibir el inspirador mensaje de amor y esperanza del Rabino Jonathan Bernis… del 6 al 8 de septiembre”.





Los orígenes de esta secta no tiene mayor interés, baste comentar que “Los judíos mesiánicos” se presentan como judíos que reconocen a Yehoshúa –alias Jesús- como su Mesías, este movimiento aparentemente debe su origen a las creencias Anglo-Israelitas que tuvieron su apogeo en el siglo XVIII, así que técnicamente estos soldaditos de dios son una disidencia más del protestantismo anglosajón, con claras similitudes con los mormones, los testigos de Jehová y los adventistas. Si bien con la marcada diferencia de que estos se hacen llamar judíos, incluso observan sus mismas festividades: el Shabat, el Rosh Hashaná, el Yom Kipur, Shavuot, etc.

Desde luego que la comunidad judía se desmarca de estos singulares creyentes, se quejan y despotrican contra ellos,  los acusan -entre otras cosas- de que sus Rabinos son piratas, ya que ninguno de ellos es egresado de una verdadera Yeshivá –centro de estudio de la Torá- y otras chifladuras más.

Digamos que queriendo ser judíos cristianos, han terminado por ser cristianos con kiphá.

Ya pasaron tres días del incidente, incluso logre asistir a una conferencia mas. ¿mi rodilla? pues en términos generales igual, quizá un poco contrariada por haber sufrido semejante afrenta intelectual.







diciembre 09, 2011

La dicha inicua de perder el tiempo…






Demos tiempo al tiempo: para que el vaso rebose hay que llenarlo primero.
Antonio Machado






Asegún cuentan quienes han tenido el privilegio de mirarlo de frente; que es toda una maravilla –y debe serlo-.

El artefacto consta básicamente de tres partes:

La superior está conformada por dos pequeñas ventanillas que se abren cada hora, gracias a lo cual se aprecia el desfile de los doce míticos camaradas del afamado Nazareno.

En la parte central se pueden observar tres círculos dorados, que miden el tiempo en tres formas diferentes; El exterior representa la antigua medición en la región de la Bohemia con la numeración Schwabacher –escritura del tipo gótico-; el circulo medio muestra números romanos y el tercero mide el tiempo babilónico con números arábigos.

A este cuadrante lo enmarcan cuatro figuras notables representativas del Medievo, que están bien chidas, y que también le entran al rítmico movimiento cada hora:

Tirando de una cuerda y con su intimidante reloj de arena nos hayamos a “La Muerte”; A su lado el pecado favorito de los pueblos cristianos “La Lujuria” representada por un Turco que mueve la cabeza libidinosamente; Al extremo izquierdo nos topamos con “La Vanidad” contemplándose en un espejo y cerrando el cuarteto; La “Avaricia” zarandeando una bolsa con monedas –cuentan las malas lenguas que el personaje es un Judío, aunque yo no lo se dé cierto solo lo supongo-.




La parte inferior, exhibe un disco calendario representado por simbólicas estampas de los meses del año, que muestra escenas de la faena campesina feudal, asimismo se pueden apreciar los signos del zodiaco y al centro el escudo de la Bohemia, todos ellos franqueados por cuatro inmóviles efigies; Un Astrónomo, un Ángel, un Filosofo y un Cronista.


Visita obligada para todo afortunado viajero que haya decidido a bien, recorrer la Capital de la República Checa.



Situado en la torre del antiguo ayuntamiento; El Reloj Astronómico de Praga que data del siglo XV, convoca a una muchedumbre que se apersona cada hora para mirar el espectáculo que brinda este admirable artefacto.





Los homínidos han tenido a lo largo de su historia diversas técnicas pá medir el tiempo, iniciando con las más modestas; como el día y la noche, la vuelta de la pálida luna para medir los meses, o bien el año solar que les daría el entendimiento de las cuatro estaciones, fundamental para el sistema agrícola.

Los primeros relojes fueron solares, instrumentos que si bien solo requerían de ciertos conocimientos de astronomía y geometría, eran de manufactura simple, que sin embargo tenían la obvia limitante de funcionar solo en el día.

Por lo que surgieron los relojes de arena y más tarde los de combustión, ingeniosos artefactos que utilizaban una vela, misma que al consumirse permitía la medición del tiempo. Uno de los más bellos ejemplares de este tipo es el reloj de Al-Jazari; -Matemático de la portentosa Mesopotamia- que en 1206 se dio a la tarea de construir un pasmoso artefacto, que consistía en una vela conectada -mediante cuerdas y poleas- a un contrapeso, por lo que la vela al derretirse –haciendo cada vez menor su peso-, hacía subir una figura, que nos iba marcando con su espada la hora correspondiente.





Si bien este astuto sistema daba la posibilidad de medir el tiempo sin importar si estaba nublado o fuera de noche, la irregularidad de la combustión generaba imprecisiones, que mas tarde serian subsanadas con los relojes de agua, que básicamente eran vasijas con marcas por dentro y un pequeño orificio en el fondo, que al ir vaciándose permitía apreciar fácilmente las marcas que referenciaban la hora, aunque el artefacto era simple, los homínidos siempre tenemos tiempo para complicarnos los procedimientos con el fin de embellecerlos, un claro ejemplo de ello es el reloj hidráulico de; Ctesibio, inventor y matemático griego que nos obsequió este agraciado artilugio:






La evolución de los artefactos para medir el tiempo se han sofisticado cada vez más, desde la aparición del reloj mecánico, al de cuarzo, para finalizar con el moderno reloj atómico que alcanza precisiones extraordinarias, del orden de un segundo en 30 mil años. Sin embargo actualmente se realizan investigaciones con el hidrógeno, con las que podremos alcanzar precisiones de un segundo para periodos de tres millones de años.

Desde el antiguo reloj solar hasta el harto preciso reloj nuclear, es más que evidente que hemos alcanzado sorprendentes avances tecnológicos. Y en esta obstinación de medir el tiempo, hemos dejado a un lado responder a la pregunta ¿Qué es el tiempo?

Sin duda medirlo es inmensamente más fácil que definirlo sino; bastaría preguntarle a uno de los más grandes padres de la Iglesia y uno de los más eminentes doctores de la Iglesia occidental, me refiero a San Agustín de Hipona; quien naciera en Tagaste (África) en el año 354.

Y que pronunciara aquella famosísima frase que permanecerá para la posteridad:

«Quid est tempus? Quis hoc facile breviterque explicaverit? Intelligimus... cum id loquimur, intelligimus etiam cum alio loquente id audimus. Quid est ergo tempus? Si nemo ex me quaerat scio, si quaerenti explicare velim nescio.
[¿Qué es el tiempo? ¿Quién podría explicarlo fácil y brevemente? Lo entendemos cuando hablamos de él, y lo entendemos también cuando lo oímos de otro que nos está hablando. ¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicarlo a quien me lo pregunta, lo ignoro]».

Y continúa:

"Para la mente griega el mundo está ahí, desde siempre, increado. El tiempo se concibe como un continuo fluir, sin principio ni fin, por lo que el concepto de eternidad se confunde con la perpetuidad del tiempo. Por eso cuando se habla de la creación en el principio y de la eternidad de Dios, surgen muchas preguntas. ¿Qué relación hay entre la eternidad y el tiempo? ¿Cómo se produce el tránsito de una a otro?"

El mundo no es creado en el tiempo sino con el tiempo.

El párrafo siguiente pone en evidencia la frustrante desesperación que sentía en su ¿vano? afán de definir el tiempo:

Cuando maniqueos y epicúreos, con mala idea, le plantean;

¿Qué hacia Dios antes de crear el cielo y la tierra?

 San Agustín siente la tentación de contestar:
Que estaba creando infiernos para los que hacen preguntas semejantes.

(Confesiones: XI, 10-12)

Por todo ello siempre será inmensamente más fácil medir el tiempo que precisarlo.

Será por ello que los homínidos hemos inventando una gran cantidad de parámetros temporales llamados Calendarios. Que si bien me disperso enormemente, este es el punto al que finalmente quería llegar:

Estamos iniciando el mes de diciembre algo que sin duda sabrán con excedida percepción.

Es el mes de: los arbolitos, los intolerables villancicos, las aglomeraciones, los inefables intercambios, el feroz consumismo, las vestimentas invernales como botas, gorros, bufandas, abrigos; con todo y que en ocasiones el cambio climático nos sorprenda con desenfadados 27 ° C, los autos con nariz y cuernos de reno, el incremento de borrachos al volante, responder “igual para ti” cada quince minutos que te desean “felicidades”, la incongruencia de escenificar zonas de riesgo al; permitirle a los chamacos portar sendas macanas con los ojos vendados y alentarlos a aporrear a ¿sentimiento?, a diestra y sobre todo a siniestra.

La lista de porqué no me gusta este mes, inicia precisamente al inicio; ya que la entrada ¿Triunfal? del mes navideño, anuncia por sí sola el término de la celebración de muertos –mi época del año favorita-.

Así que a lo largo de los años he por fin diseñado la estrategia perfecta para alejarme de tal “celebración” obviamente –y de ahí parte la genialidad- sin herir susceptibilidades.

He aquí las técnicas -algunas de ellas difícilmente se adaptan a mí idiosincrasia sin embargo las comparto- para todos mis correligionarios Grinchianos que bien sé, no son pocos:

La idea es la siguiente; partiendo que la medida del tiempo es totalmente circunstancial, bien se puede argumentar que a diferencia de los celebrantes, uno lleva una cuenta-calendario diferente, y que debido a ello es improcedente celebrar estas fechas:

Cuando para todos los que se rigen por el calendario Gregoriano, hoy es 9 de diciembre de 2011; sin embargo…


Coloréate el rostro significativamente con rojo, ensaya poner los ojos viscos, viste con taparrabo, y enróllate una faja a una faldilla corta de cuero llamada maxtat. Las mujeres pueden usar una falda de cintura a los pies y llevar un paño cuadrado que cubra el busto. y declara que tú sigues el calendario maya -calendario vigesimal mesoamericano no repetitivo-

y que para ti hoy es:
Cuenta Larga = 12.19.18.17.2; Tzolkin = 3 Ik; haab = 10 Mac


Te recomiendo usar un yukata -especie de kimono ligero- y argumentar que este día es:
Chino - El calendario chino es de tipo luni-solar-
Ciclo de 78, años 28 (Xin-Mao), el mes 11 (Geng-Zi), el día 15 (Wu-Xu)


Consíguete un shenti –faldilla-y sandalias de junco y asegura que eres fiel seguidor de Amón.
Copto - llamado también calendario alejandrino, es un calendario usado en toda la Iglesia Copta-
Este día es: 29 Hatur 1728


Vístete con una  habesha qemis –si eres mujer- o si eres  hombre recuerda vestir pantalones y una camisa hasta la rodilla con un cuello blanco-
Etíope - el calendario etíope tiene doce meses de 30 días cada uno más cinco o seis días epagomenales, que comprenden un decimotercer mes-
29 Khedar 2004


No estaría mal que te vistieras con una larga túnica acompañada de coloridos pantalones
Persa -o Calendario Iraní es un calendario Solar en el que el año comienza con el equinoccio de primavera-
18 Azar 1390


¿Que tal? autonombrarte Judío, solo te colocas un sombrerito que parece olla llamado shtreimel o simplemente el pequeño llamado kipa
Hebreo -Este calendario se basa en un complejo algoritmo, que permite predecir las fechas exactas de luna nueva, así como las distintas estaciones del año-
13 Kislev 5772

O si lo prefieres y quisieras probar algo de intolerancia exacerbada, si eres mujer pues desde luego una hiyab, y los hombres bien pueden usar una buena túnica.
Islámico - Se basa en ciclos lunares de 30 años (360 lunaciones, de tradición sumeria)-
13 Muharram 1433

O bien colócate un simpático gorro frigio y bonne journée
Francésel calendario de la revolución francesa intentó adoptarse el 24 de octubre de 1793, pero su comienzo se fijó el 22 de septiembre de 1792, coincidente con el equinoccio de otoño de ese año en París, fue un intento de formar un calendario decimal-
19 Frimaire un 220 de la Revolución

Y por último el que sin duda más me satisface, y que seguramente adoptaré:

Dicordian -calendario alternativo utilizado por algunos seguidores de Discordianism -es una religión satírica que rinde culto a Eris, diosa grecorromana del caos-
 Pungenday, las secuelas de 51 años, Año de Nuestra Señora de la Discordia 3177



En fin las opciones son varias, así que selecciona tu favorita y Felices Fiestas.










septiembre 30, 2011

La tragedia de un Hamlet chilango



Acomoda la palabra a la acción y la acción a la palabra
William Shakespeare en Hamlet

¿¡Cómo te atreves a no ser yo!?
Barbara Kruger -artista conceptual y feminista-





Blasfemar o no blasfemar he aquí la cuestión:

Por tercer año consecutivo este 30 de septiembre se celebra El Día Mundial de la Blasfemia. Hace muchos años decidí salir del closet ateo, y declarar abiertamente mi “incapacidad” de concebir la existencia de un ser superior, y lo verdaderamente ridículas que me suenan todas esas historias inventadas hace miles de años, por un atado de ignorantes pastores. Por lo que no tengo ningún inconveniente en blasfemar, pero antes de simplemente recetarles una esplendida y sonora mentada de madre a todos los dioses, o recurrir a un chiste más inteligente y sutil o simplemente dejar pasar el día sin la menor observación, permítanme divagar afín de poner en orden mis pensamientos y aterrizarlos lo más dignamente posible.

Dándole a esto que llaman vida, he conocido una gran cantidad de personas, con las cuales he compartido básicamente una mutua y natural indiferencia, sin embargo en este transitar humano, también me he topado con gente admirable, graciosa, inteligente, estúpida, ignorante, generosa y una que otra que ha tenido la enorme habilidad –como diría mi abuela- de llenarme el buche de piedritas. De todo hay en la viña del señor –nuevamente mi abuela-.
He tenido el gusto y disgusto de conocer, hombres y mujeres de características disímbolas, esta por demás mencionarles lo mega diverso que suelen ser los bípedos que lloran se enamora y usan zapatos –Salud Joan Manuel-

También de sobra sabemos las diferencias irreconciliables entre: negros-blancos, católicos-mormones, liberales-conservadores, machistas-feministas, nacos-fresas, punketos-emos, homofóbicos-homosexuales, árabes-israelíes, orientales y occidentales, norteños y sureños, y un sinnúmero mas de etcéteras, y si a eso le sumamos que  la mayoría se consideran poseedores del monopolio de la verdad, queda claro que en este, elipsoide de revolución achatado; vivir sea toda una fascinante calamidad.

Inclusive concentrándonos meramente en esta región geográfica llamada México las diferencias son abismales, lo que invariablemente provocan desacuerdos, que en más de una ocasión terminan en odios irreconciliables. Sin ir más lejos apenas La Suprema Corte de Justicia (sic) sesionó sobre conceptos que tienen que ver, con el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo –donde vergonzosamente privo la devoción por encima de la razón-. 

Es así como he tenido que aprender por el bien de mi salud mental, a convivir con diferentes tribus sui géneris y en términos generales no la he pasado mal, incluso lo he disfrutado.

Hasta hace poco trabajé en una empresa cuyos dueños usaban kipá y respetaban el shabat es decir eran judíos.
Laboré unos años con ellos y algo aprendí de la peculiaridad judía, conversar con ellos me llevo a conocer y entender términos como: mezuzá, shalom, kipá, torá, shabat, bar mitzvá y varios más que empiezo a olvidar. Precisamente el pasado 28 de septiembre los judíos celebraron el Rosh Hashaná  -cabeza de año- que según la cuenta del calendario hebreo, dio comienzo el año 5772, el cual se cuenta a partir de cuándo dios creo a Adán –que quede asentado que escribo estos datos sin el menor asomo de sonrisa mordaz-. Vaya para ellos pues, un feliz shana tova.





Con todo y que nuestras diferencias culturales y sobre todo racionales nos distanciaron, la relación siempre fue en términos cordiales, me queda claro que es una comunidad harto cerrada, que difícilmente acepta a los Goi -hombre no judío- termino que, digan lo que digan es peyorativo.
Desde luego que no puedo generalizar ya que incluso he conocido: judíos ambientalistas, judíos académicos e incluso judíos izquierdosos, pero el grueso de ellos mantienen en mayor o menor grado evidentes rasgos clasistas, conservadores, religiosos y supersticiosos.

Una de tantas irracionales anécdotas que viví con ellos, fue cuando trabajaba en un proyecto para unas nuevas instalaciones y a punto de concluirlo, me enviaron a su “fenchuista” para que diera el visto bueno -tuve que soportar chocarreras modificaciones-.

La verdad es que siempre he pretendido tener buena relación personal con mis congéneres, bueno al menos los que sí caen en esa clasificación.

Convivo todos los días con: Testigos de Jehová, católicos, conservadores, mitómanos, machistas, liberales, comunistas, demócratas, homosexuales, indígenas, policías (glup), profesores, ufólogos, evolucionistas, feministas, estudiantes, amas de casa, marchantes, intelectuales, antiabortistas, anticastristas –por cierto me acabo de enterar que Joaquín Sabina declaró que el régimen de Cuba, hoy día es una gerontocracia- poetas, músicos, moralistas, ciclistas, microbuseros, franeleros (recontra glup), albañiles, usuarios del metro, etcétera. Toda una gama de historias, ideologías, creencias, dolencias y perspectivas, que si bien frecuentemente no comparto siempre estoy abierto al debate, ejercicio por demás gratificante.

Debatir es siempre una excelente catarsis, en ocasiones los raspones tardan es sanar varios días, pero cuando las musas te custodian es tan placentero como dar un jaque mate siciliano.
Para que un debate sea productivo e inteligente, es necesario establecer las reglas de juego y primordialmente entender que la justa es de ideas no de personas. El enorme problema es que la mayoría de los individuos se cosen las ideas al cuerpo, cuales Peter Pan con su sombra, y es aquí donde comienzan las dificultades.

Si el debatiente en turno es un visible acarreador de piedritas bucheras, será muy sencillo recetarle contundentes zapes, pero el intercambio verbal no es tan cómodo cuando a los combatientes nos unen sentimientos afectuosos, debido a que nuestras palabras seguramente les dolerán e indignaran, considerando que sus creencias religiosas rayan en la sacralidad.

Es natural reaccionar diferente cuando las frases que indignan, vienen de un indeseable o extraño; que cuando vienen de un camarada.
Para mí como para todo el mundo, existen temas en los que soy más quisquilloso y a la menor provocación me pongo en guardia, aquí algunos ejemplos cotidianos:

La denigración del indigenismo; por ejemplo que algún imbécil diga frases como “Era un pobre Oaxaco”.

Los estereotipos que dañan la equidad de género; no falta el estúpido o estúpida que comente: “no seas chismoso, pareces vieja”.

Los homofóbicos, tales como: “pobre fulano su hijo le salió maricón”.

Los neoliberales: “gracias a la empresa comemos”.

Los clasistas –como el de moda- “pinche asalariado de mierda”.

O los realmente obtusos: “lo mío es lo fashion”.

En temas como estos reacciono impulsivamente y maldigo a los tipos que sin el menor rubor emiten juicios tan ignorantemente superficiales, por otro lado poniéndome en los zapatos de los que estimo, trato de ser prudente al abordar temas como la religión, el aborto, las pseudociencias, y demás supercherías “sacras”.

Básicamente por eso escribí este choro, con el que pretendo exorcizarme de la indecisión de celebrar o dejar pasar de largo eso que se ha dado en llamar “Día internacional de la Blasfemia”.

Que no estaría de más recordar su origen. El 30 de septiembre de 2005 en el Jyllands Posten –un diario de Dinamarca- se publicaron doce caricaturas de Mahoma, donde el común denominador era mostrar lo violenta de la guerra santa islámica –el yihad- lo que desencadeno varios atentados en diferentes sitios y embajadas del mundo con un saldo de algunos muertos.


Aquí un par de las caricaturas “incendiarias”





Aquí las reacciones: “Decapiten a aquellos que insulten al Islam”


Estos hechos reavivaron la controversia de establecer o restablecer las leyes anti-blasfemia, que si bien parecieran un mal chiste, la realidad es que en algunos países lo han tomado muy seriamente; un claro ejemplo es Irlanda donde una persona puede ser multada hasta por 25, 000 euros por blasfemar y definen la blasfemia como: “una expresión abusiva o insultante en relación a una materia tenida como sagrada por cualquier religión, que cause indignación en un substanciosos número de seguidores de esa religión”.

Varios países europeos tienen leyes al respecto, recordemos el caso de Seppo Lehto que fue condenado a dos años de prisión en la vanguardista Finlandia  –en todos lados se cuecen habas -acusado de blasfemar contra el Islam.

Y mientras lanzan un movimiento mundial en contra de la blasfemia amordazando las voces críticas. Estos macarras de la moral nos enjaretan todo su nauseabundo despliegue de “sacrosanta libertad de expresión”. Pongamos algunos ejemplos:

Recuerdo que un par de fanáticos religiosos dirigidos por Pro Vida, destruyeron por considerarlo sacrílego el cuadro “La Patrona” -una virgen con rostro y senos de Marilyn Monroe- del artista Manuel Ahumada, el aberrante hecho fue justificado por él en ese entonces arzobispo Norberto Rivera.



Antes y después



En 2001 la artista chicana Alma López presento una re-iconografía guadalupana, exposición que tuvo que cerrar debido a las moralinas protestas.


La obra de la artista chicana


El año pasado Una mujer con una barra metálica arruinó una litografía del artista Enrique Chagoya, que se presentaba en el museo Loveland, Colorado, por considerarla blasfema.


Es por demás conocido el cinismo, la impunidad y la bajeza con la que operan las organizaciones religiosas. Entendidos estamos, que este movimiento anti-blasfemia es uno más de sus funestos actos para continuar con su blindaje, y así evitar la crítica mordaz que pone en evidencia toda su podredumbre.
Obviamente no tengo ningún empecho en blasfemar en contra de ellos incluso el insulto más prosaico me parece insuficiente. Mi indecisión radica en las personas que estimo bien y que para ellos estos ridículos objetos de adoración representan un bien sagrado, incluso para aquellos que en su limitadita percepción me han causado uno que otro malestar, ya que mi abierto ateísmo me ha generado; marginación laboral, desconfianza y ocasionalmente despido injustificado.

Incluso para ellos decía, me da un poco de pena golpear su ignorancia pero en este caso –y para muchos más- la poesía siempre ayuda y cuando me siento así, nada mejor que leer a manera de analogía al entrañable poeta cubano Nicolás Guillen (1902-1989).


Burgueses

No me dan pena los burgueses vencidos.
Y cuando pienso que van a dar me pena,
aprieto bien los dientes, y cierro bien los ojos.

Pienso en mis largos días sin zapatos ni rosas,
pienso en mis largos días sin sombrero ni nubes,
pienso en mis largos días sin camisa ni sueños,
pienso en mis largos días con mi piel prohibida,
pienso en mis largos días Y

No pase, por favor, esto es un club.
La nómina está llena.
No hay pieza en el hotel.
El señor ha salido.

Se busca una muchacha.
Fraude en las elecciones.
Gran baile para ciegos.

Cayó el premio mayor en Santa Clara.
Tómbola para huérfanos.
El caballero está en París.
La señora marquesa no recibe.
En fin Y

Que todo lo recuerdo y como todo lo recuerdo,
¿qué carajo me pide usted que haga?
Además, pregúnteles,
estoy seguro de que también
recuerdan ellos.





Efectivamente y pá que recuerden todo el daño que han y siguen causado a la humanidad estas absurdas, ridículas y temibles creencias:


De paso un homenaje al genial Luis Buñuel

La cena de los pobres en “Viridiana”





¡Feliz día de la Blasfemia! 


¿Sabes? ¡Dios es increíble!