julio 07, 2010

Cuando el posmodernismo nos alcance



Todo lo que se ignora, se desprecia.
Antonio Machado 



 
El mundo será lo que la juventud quiera; si esta ama la verdad y el bien, eso habrá en el mundo
 Werner Karl Heisenberg (físico alemán)










En este lado del planeta, estamos en verano y toda la actividad o inactividad surge en cada esquina, los alumnos de educación primaria terminan sus clases, y es inevitable que recuerde aquellas diluvianas épocas, cuándo la felicidad me embargaba, porque como decíamos  “se acabaron las clases”. Por aquellos años, invariablemente tías, padrinos, primos y vecinos, te interrogaban con aquello de ¿pasaste de año? porque así era antes, yo conocí varios compañeros que la respuesta se les atragantaba de pena y vergüenza al responder; No.

Es verdad que mis calificaciones nunca merecieron diploma, ni mucho menos cuadro de honor, pero a final de cuentas lograr pasar año, me era suficiente, el aprovechamiento académico se desvanecía ante las inminentes vacaciones. Bueno eso era antes, ahora parece que ningún chamaco reprueba, sin embargo la causa no es la eficacia magisterial, la razón es un acuerdo tácito. Esta es una más, de las innumerables aberraciones de nuestro sistema de enseñanza. Incluso el año pasado el no reprobar fue propuesta formal, por parte de la SEP.

 
Habitamos un país que se niega a crecer, desde luego que no podemos esperar mucho, de los cretinos que nos gobiernan, pero es impostergable empezar a convocar los millones de granitos de arena, para lograr los cambios necesarios, la debacle se ve tan cerca que debemos apurarnos.

Sexenio tras sexenio este país ha ido desperdiciando, lo que se supone seria nuestra salvación, eso que los sociólogos llaman bono demográfico es decir: Cuando en una población, el número de individuos en edad productiva, supera a los no productivos.

Este evento fue ya aprovechado, por países como Estados Unidos, Alemania, Francia, Inglaterra, Japón, Corea, y Taiwán, tal oportunidad demográfica pueden ser un factor de desarrollo para los países, siempre y cuando se aproveche. Sin embargo en México el promedio de jóvenes que migra a los Estados Unidos, tiene entre 15 y 24 años, y los que se quedan, están atrapados entre las carencias económicas, la apatía y la falta de un proyecto de vida.
Los recuentos generacionales a lo largo de la historia han tenido su propia bandera e ideología:

 
Nuestro país, para bien o para mal es dirigido actualmente por, los que en su juventud fueron llamados “la generación Baby Boomer” aquellos que vivieron la guerra fría, la llegada del hombre a la luna, la crisis mundial, escases petrolera, y la guerra de Vietnam. Pero esta generación está a punto de entregar la estafeta, a los miembros de una generación bastante singular, aquella que nació en los años 70´s, aquella que de niños jugaron canicas, trompo, pero también Atari y  Playstation una generación víctima del subempleo y la falta de compromiso, jóvenes con títulos universitarios desempeñándose como taxistas o inmersos en el comercio informal. Me refiero desde luego a la generación X.

Mismos que a su vez entregaran la responsabilidad, a la juventud que estamos formando actualmente, una generación que estamos aprendiendo a identificar como: “Los Ninis”.

Jóvenes y adolescentes mexicanos entre los 12 y 29 años de edad que ni estudian ni trabajan; seres humanos indignados, abatidos, por el fracaso educativo y por la falta de oportunidades laborales. Jóvenes que caminan por nuestras calles, sin trabajo, sin expectativas, sin sueños, jóvenes a los que se les ha robado la ilusión, un sector de la población inconforme, victimas de unas autoridades incapaces de responder a sus necesidades básicas, de seguridad y bienestar. Jóvenes que modifican forzosamente sus perspectivas, pues saben que vivirán precariamente. Chavos que desertan de las instituciones educativas. El INEA advirtió que en los últimos años, 17 millones de personas abandonaron sus estudios en el nivel básico, la mayoría por necesidades económicas.
Según cifras de la SEP, en el país hay 2.4 millones de jóvenes en edad de cursar el Bachillerato y que no lo hacen,  y que 7.5 millones no siguen estudios profesionales.

El futuro es desolador, todo parece indicar que el letargo continuara, sentenciándonos a una vida de injusticias, falta de oportunidades y descarada desigualdad social. No pretendo –o más bien, porque pretendo- hacer una apología de la juventud, me parece que hay que volver los ojos a esta generación. apoyarlos, despabilarlos, orientarlos –lo quieran o no- por el bien de ellos y de nosotros, apostar por ellos, ya que como el mismísimo Ambrose Bierce decía:

 
“La juventud es el período de lo posible” 


 

Para finalizar, les dejo una rolita del cubano Virulo


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