abril 12, 2010

Los ignorantes son estudiados, no estudiosos








Invariablemente en cualquier reunión, tertulia o XV años, ya sea con unos alcoholes o sin ellos las personas comienzan a hablar de sus actividades laborales, y nos van recetando de manera indiscriminada las más inverosímiles anécdotas de cómo ante la inminente catástrofe, ellos lograron gracias a su vivacidad e inteligencia solucionar innumerables conflictos y llevar a buen puerto a la compañía, fabrica, o taller.

Historias que matarían de envidia al mismo James Bond.

Pareciera que dichosamente conocemos solo a los buenazos, o que los incompetentes son mudos, ya que a esos nunca los oímos hablar.

Todo esto al empatarlo con la realidad no checa, pues significaría que un alto porcentaje de la población, es eficaz, productiva e irremplazable.

Seguro estoy que no les cuento nada nuevo, de alguna forma todos hemos tenido experiencias similares; en la escuela, la oficina o en la sala de espera del IMSS. Aunque por cotidianas que sean estas conductas del homo sapiens, no dejan de ser chocantes.

En diversas ocasiones este comportamiento me ha hecho preguntarme, ¿por qué a la gente no le da pena su ignorancia?, ¿por qué los tontos parecieran ser una tribu tan numerosa? En fin ya sea por curiosidad, por pena ajena o simplemente por solidaridad ya que yo también he caído en este tipo de autoproclamación de superhéroe, me puse a indagar la razón de tan curioso proceder.

Y he aquí que buscando, me tope con un estudio bastante compartible, que es realmente el protagonista de esta entrada.

Resulta que el divertido (por decir lo menos) comportamiento, hasta tiene nombre se conoce como: El efecto Dunning-Kruger y es un fenómeno psicológico descrito por científicos de la Universidad de Cornell (Nueva York, EEUU) Hasta donde encontré, está rigurosamente explicado por los psicólogos Justin Krugger y David Dunning y divulgados en The Journal of Personality and Social Psychology en 1999.

Estos cuates diseñaron un experimento que consistía en medir las habilidades intelectuales y sociales de una serie de estudiantes y que al final ellos se autoevaluaran, los resultados fueros significativos, aquí van:

- Los estudiantes más brillantes, muy superiores a sus compañeros, estimaron que estaban por debajo del promedio.
- Los estudiantes mediocres se consideraron por encima de la media
- Los estudiantes rematadamente malos se mostraron convencidos de estar entre los mejores.

De hecho, cuanto más inútil era el tipo, más seguro estaba de qué hacía las cosas bien.

Así pues, los más ineficaces, según la doctora Krugger: “no sólo llegan a conclusiones equivocadas y toman medidas desafortunadas, sino que su torpeza les impide darse cuenta de ello”. En todo caso, y como se ha apuntado frecuentemente, el efecto Dunning-Kruger es una especie de confirmación de lo que decía el buen Charles Darwin: “La ignorancia engendra más confianza que el conocimiento”.

Vale pues, que valga para la reflexión.

Se despide su humilde ignorante (con guiño de complicidad).

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1 comentario:

  1. Si hiciéramos de la razón y la objetividad compañeras cotidianas creo que serían de gran ayuda para resolver la grave situación en la que nos encontramos, ya es tiempo de que la gente con capacidad se la crea, y evitemos que los ineptos sigan tomando las decisiones importantes. Qué mejor argumento para ello: "los más ineficaces, no sólo llegan a conclusiones equivocadas y toman medidas desafortunadas, sino que su torpeza les impide darse cuenta de ello”. Que miedo da esa conclusión! independiente del lado que le toque estar a cada persona.

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Boogie sabía que podía contar contigo; ¡adelante!