Carl Sagan
En este complejo proceso de forjarse, los factores que intervienen son diversísimos, nos vamos convirtiendo en los que somos en parte por nuestra herencia genética, pero muy especialmente por el ambiente que nos rodea, las experiencias personales, los éxitos, los fracasos, la gente con la que nos relacionamos, los lugares a donde vamos, los libros que leemos o dejamos de leer, lo mismo que las películas, la música que oímos y un dilatado sinfín de componentes más, sin olvidar su buena aderezada dosis de azar.
Especial incidencia producen en nosotros las ideas de los otros, a veces solo requerimos de una frase, un libro, una canción, para que se produzca una significativa alteración en nuestra muy personal perspectiva del mundo. Desde luego hay personas nos transforman más que otras y de esas precisamente se trata el choro de hoy.
Es una pena hacer un recorrido tan a vuelo de pájaro por las personalidades más influyentes en mi vida, ya que inevitablemente dejare de nombrar de ingrata manera a muchas de ellas. -Deliberadamente no mencionaré a mis familiares a pesar que su influencia fue por demás decisiva, en especial mi abuela y mi hermano-. Así que como dice el refranero popular “a darle que es mole de olla”
El orden no necesariamente es cronológico, pero iniciaré con mi maestro de sexto año de primaria, ya que gracias a él me introduje en el maravilloso mundo de cuestionar lo aparentemente obvio.
Continuando con el prolífico Eduardo del Rio, “Rius” en sus libros me divertí y aprendí.
José Saramago, del que me es más que difícil privilegiar alguna de sus obras aunque destacaré tres; La caverna, El Evangelio según Jesucristo, y El año de la muerte de Ricardo Reis, gracias a la cual me acerque a los seductores versos de Fernando Pessoa.
Joan Manuel Serrat, no se podría entender mi sentir actual sin la presencia del entrañable catalán.
Y por último a Carl Sagan; difícil encontrar en una sola persona tantas cualidades juntas. Desde la primera vez que lo oí en aquellos nostálgicos programas de Cosmos, pasando por sus apasionantes libros –me inicié con “Los dragones del edén”- y desde luego el guion que dio vida a “Contacto” donde pudimos admirar el talento y belleza de la Foster.
Carl Sagan murió el 20 de diciembre de 1996. Aun hoy me conmuevo al recordar las palabras de Ann Druyan (su esposa) escritas en la obra póstuma “Miles de millones”:
“Estoy rodeada de cajas llenas de cartas procedentes de todo el planeta. Son de personas que lloran la pérdida de Carl. Muchas le atribuyen su inspiración. Algunas afirman que el ejemplo de Carl las indujo a trabajar por la ciencia y la razón contra las fuerzas de la superstición y el integrismo. Esos pensamientos me consuelan y alivian mi angustia. Me permiten sentir, sin recurrir a lo sobrenatural, que Carl aun vive.”
Sirva esta entrada como un recordatorio de la propuesta de “Proyecto Sandía” de establecer el 20 de diciembre –aniversario luctuoso de Carl Sagan- como “El día mundial del escepticismo y contra el avance de las pseudociencias”
Desde luego el inventario de mis influencias es más que largo, algunas de ellas menos sublimes y más silvestres pero de lo que no tengo duda es que no importa cuánto tiempo pase, ni a cuantos adhiera o borre de la lista, los aludidos se mantendrán inalterables.
¿Y tú a quien llevas grabado?
Carlo fué una muy intersante lectura pero me llegó ya de grande, el que si puedo considerar una influencia es a I. Asimov
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